En la región del parque Nacional Lanín hay presencia humana desde hace unos 10 mil años. En los últimos siglos, un proceso muy complejo de conquistas, exterminios, migraciones y reclamos, dio como resultado una variedad de poblaciones en la misma zona: Pueblo Mapuche, pobladores rurales, estancias y residentes de las villas turísticas. Tanta presencia humana es un desafío constante para la conservación de un área protegida.



Hace poco más de 20 años una nueva política comenzó a dar buenos resultados. Considerando que el Parque se creó sobre el territorio de 7 comunidades mapuche, el Estado argentino reconoció la preexistencia de este pueblo originario. La Administración de Parques Nacionales y el Pueblo Mapuche formalizaron una política de comanejo que incluye iniciativas sobre legislación, territorialidad y manejo de los recursos naturales. Esta política busca armonizar los usos tradicionales de las comunidades originarias con los objetivos de conservación del área. Y además aporta un aprendizaje para los visitantes, porque les permite comprender el vínculo indisociable que existe entre diversidad biológica y cultural. Una idea que el Pueblo Mapuche sintetiza en una sola palabra: ixofigmogen.



En la actualidad, los asentamientos humanos dentro del Parque Nacional corresponden a las siguientes categorías:



Comunidades mapuches: Son aproximadamente unas 100 familias. Casi la totalidad de los pobladores y miembros de agrupaciones originarias llevan a cabo una economía de subsistencia basada en la cría de ganado ovino y bovino y en la explotación leñera. Se trata de tierras transferidas a comunidades indígenas, y que están sujetas a un régimen de propiedad comunitaria. En la actualidad se encuentran bajo este régimen 10.500 hectáreas situadas en la zona oriental de la Reserva Nacional Lanín, en la zona Lácar, que fueron cedidas por Ley a la Comunidad Mapuche Curruhuinca, y además se encuentran en proceso de transferencia unas 1300 hectáreas a la Comunidad Cayún, y 950 hectáreas a la Comunidad Raquithué.



Predominan las actividades ganaderas, forestales y frutihortícolas; y es incipiente el desarrollo de diveras prestaciones turísticas en distintas áreas.



El comanejo: Desde el año 2000, la Administración de Parques Nacionales y el pueblo mapuche formalizaron una política de comanejo. Ambas partes, al reconocer los derechos legítimos de cada una, acuerdan desarrollar en el Parque Nacional Lanín iniciativas relacionadas con la legislación, territorialidad y manejo de los recursos naturales.



A través de la interculturalidad se promueve conciliar los usos tradicionales de las comunidades originarias y los objetivos de conservación del Parque, comprendiendo y aceptando el vínculo indisociable entre la diversidad biológica y cultural.



Pobladores rurales: Desde principios del siglo XX se asentaron en los márgenes de los lagos Lolog, Lácar, Escondido, Paimún y Filo Hua Hum familias de pobladores rurales.



Actualmente, los descendientes de aquellas primeras familias de pobladores habitan áreas rurales del PNL. Sus actividades económicas se vinculan principalmente a la ganadería extensiva (bovina y ovina), la explotación de leña y a ocupaciones ligadas a trabajos en explotaciones forestales -de especies nativas como roble pellín, coihue y raulí- en el marco de una economía de subsistencia.



Desde el año 2000 se incrementó la afluencia de visitantes, sobre la base de los atractivos paisajísticos del área protegida, oportunidad que permitió comenzar a diversificar y complementar el perfil productivo ganadero de los pobladores con incipientes emprendimientos turísticos. Estos cambios socio-económicos de la región y las nuevas estrategias de intervención para la conservación y el manejo de las áreas protegidas, derivaron en un cambio significativo en el trabajo vinculado a las poblaciones rurales.



En la actualidad existen 18 poblaciones ubicadas en la margen sur del lago Lolog -en los Parajes de Filo Hua Hum y Llao Llao- y en la cuenca del lago Lácar -en los Parajes Trompul, Quilanlahue, Hua Hum, Chachín y Pucará. Es en esta última cuenca donde se concentran la mayor parte de las poblaciones. En 2008, la mayoría de las familias de pobladores rurales ocupantes de tierras fiscales, vinculados a los PPOP y otros pobladores, se constituyeron en una Asociación de Fomento Rural (AFR) denominada ?Criollos Nativos?, en pos de fortalecer su grado de organización y representatividad.



Actualmente el PNL trabaja con el INTA y la AFR en la promoción de estrategias de diversificación de actividades y de usos que impliquen un aprovechamiento sostenible de los recursos, mejores condiciones de vida para las poblaciones rurales y la conservación de la biodiversidad. Dada la distribución de las familias y cantidad de personas que las componen, sumado a las actividades productivas que se realizan en el entorno de las poblaciones, cada cuenca con presencia de pobladores rurales presenta particularidades y requiere distintas estrategias de trabajo.



Estancias: Ocupan aproximadamente un 15% de la superficie del área protegida. Corresponden principalmente a grandes estancias ubicadas en las zonas de Reserva Nacional. Las actividades más comúnmente realizadas son la ganadera y forestal. Dentro de esta última predomina el manejo de forestaciones con especies exóticas aciculadas (pinos), aunque algunos establecimientos realizan también explotaciones del bosque nativo, incluyendo el aprovechamiento de madera y caña. Con respecto al manejo ganadero predomina la cría de vacunos, aunque hay también ovinos y yeguarizos. En los últimos años algunas de estas estancias han comenzado a realizar actividades de caza deportiva (link a caza deportiva) del ciervo colorado.



Loteos y Villas Residenciales: Algunas propiedades privadas corresponden a pequeñas superficies ocupadas por residencias de uso temporario, como loteos de Villa Quila Quina, Lago Hermoso y Meliquina. Se ubican dentro de la Reserva Nacional, y están sujetas a las reglamentaciones ambientales que rigen para las áreas protegidas. Se evidencia un notable crecimiento de dichas áreas, con oferta de servicios gastronómicos y de alojamiento destinados a satisfacer la creciente demanda turística de cada una de ellas.